Los agujeros negros son regiones en el espacio con una atracción gravitacional increíblemente fuerte, donde nada, ni siquiera la luz, puede escapar. Se originan en la teoría de la relatividad general de Albert Einstein y vienen en diferentes tamaños, y su masa determina su fuerza e influencia. Los agujeros negros estelares se forman cuando las estrellas masivas colapsan, mientras que los agujeros negros supermasivos se encuentran en el centro de la mayoría de las galaxias, incluida la nuestra. A pesar de su naturaleza de atrapar la luz, los científicos han podido inferir su presencia a través de sus efectos gravitacionales sobre la materia y la luz circundantes. Recientemente, la primera imagen directa de un agujero negro supermasivo fue capturada por el Event Horizon Telescope, lo que continúa desafiando nuestra comprensión del universo.
Betelgeuse es una estrella supergigante roja ubicada en la constelación de Orión que es una de las estrellas más grandes y brillantes visibles desde la Tierra. Está cerca del final de su ciclo de vida, habiendo agotado su combustible de hidrógeno central y comenzado a fusionar helio en elementos más pesados, y se cree que es el precursor de un evento de supernova brillante. Los astrónomos han utilizado varias técnicas para estudiar las características de la superficie, las variaciones de temperatura y otras propiedades de Betelgeuse, y a fines de 2019 y principios de 2020, experimentó un evento de atenuación inusualmente significativo. Esto ha llevado a la especulación de que podría estar a punto de convertirse en supernova, y estudiar su eventual explosión de supernova proporcionará información valiosa sobre las últimas etapas de la evolución estelar.